Jóvenes alerta, defender al INE es defender su futuro

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El INE no se toca

Es falso que la propuesta de reforma electoral del gobierno para reemplazar al Instituto Nacional Electoral (INE) sea una medida para ahorrar dinero, lo que realmente pretende el gobierno es regresarnos a un sistema de partido hegemónico.

El INE solicitó a los diputados 700 millones de dólares (14 mil millones de pesos) para operar en 2023, un presupuesto razonable y alcanzable, sobre todo si se toma en cuenta que el gobierno podría financiarlo por cien años con el dinero que se gastó en las pérdidas de CFE durante 2021, las pérdidas de Pemex en 2021, más el gasto total estimado para sustituir el aeropuerto en Texcoco por el Felipe Ángeles (AIFA), el gasto total estimado para la refinería de Dos Bocas y el Tren Maya.
Por ejemplo, el presupuesto del INE equivale a únicamente 4% de los 360 mil millones de pesos (mdp) que se estima será la inversión total en la refinería de Dos Bocas que se inunda a cada rato.
Los 14 mil mdp del INE representan sólo 3% de los 330 mil mdp que costó cancelar el aeropuerto de Texcoco más los cien mil mdp que costó construir el AIFA que nadie quiere usar. Representan únicamente 6% de los 224 mil mdp que perdió Pemex en 2021.
Lo caro no es el INE, sino la mala gestión que ha hecho el actual gobierno. Por ello Morena perdió el derecho de poder justificar cualquier cosa bajo el argumento de la austeridad.
El gobierno no quiere ahorrar dinero, lo que quiere es volver al México donde teníamos un partido hegemónico. Ese fue un México donde los miembros del partido en el poder competían en las elecciones, pero también eran los que las organizaban, lo cual representaba un claro conflicto de interés.
Eso también inhibió la participación de partidos políticos de oposición, a tal punto que en el año de 1976 hubo un solo candidato a la Presidencia de la República, toda vez que el PAN decidió no presentar candidatos para no legitimar esa elección. Incluso, el partido comunista estuvo prohibido hasta 1978.
Todo ello nos condujo a constantes demandas sociales de apertura, por lo que el sistema político mexicano poco a poco se fue abriendo para que otros partidos accedieran al poder y para limitar el poder del gobierno en turno.
La primera gran reforma electoral se dio en 1977, donde se crearon los Diputados de Representación Proporcional (RP) para que la Cámara de Diputados fuera más plural.
Originalmente, todos los diputados eran electos de la siguiente forma: el país era dividido en pedazos llamados distritos electorales, en cada distrito se elegía un diputado, ganaba el partido que tuviera la mayor cantidad de votos, los demás partidos no obtenían nada en ese distrito y esto se conoce como el método de elección por Mayoría Relativa (MR).
Después de la reforma de 1977, 300 diputados se seguían eligiendo por MR, pero 100 diputados se elegirían por Representación Proporcional, que era una repartición de diputados de acuerdo con el porcentaje de votos obtenidos.
Es decir, si un partido perdía todos los distritos pero obtenía una cuarta parte de la votación, se le asignaba una cuarta parte de los diputados de RP.
Además, muchos grupos proscritos y que antes participaban en la vida política desde la guerrilla, empezaron a participar mediante partidos políticos legalizados y con acceso a recursos públicos.
La oposición fue ganando cada vez más espacios en el poder, pero la Secretaría de Gobernación seguía organizando las elecciones, lo que le daba mucho poder al partido gobernante.
Por ello, la ciudadanía y los partidos de la oposición demandaron la creación de un árbitro electoral independiente del gobierno, que al conseguirse mejoró las cosas rápidamente. México pasó de ser un país con un partido político hegemónico, a un país donde la alternancia en el poder es la norma.
Pero ese fue un proceso que costó décadas y muchísimo esfuerzo de millones de mexicanos, por lo que es grave el esfuerzo del gobierno para regresarnos al México donde el gobierno controlaba la organización de las elecciones.
Algunos analistas han planteado que si el gobierno actual tiene tanta urgencia por controlar al árbitro electoral, es porque teme que puede perder las próximas elecciones con las reglas actuales y hará todo lo que pueda para evitarlo, aunque los mexicanos paguemos un alto costo por ello.
José Woldenberg, académico mexicano experto en democracia, advierte que la propuesta de reforma electoral del gobierno no debe aprobarse por varias razones, que además denotan las ganas del gobierno de controlar las elecciones.
Por ejemplo, quieren terminar con el financiamiento público ordinario para los partidos políticos y mantenerlo sólo para campañas. Esto significa que el partido en el poder hará una campaña electoral masiva y permanente con los recursos del gobierno, mientras que los partidos de oposición no tendrán recursos para subsistir y sus campañas serán mucho más limitadas.
Eso es de lo que se quejaron durante muchos años los políticos que hoy están en el poder, que por ejemplo, Ernesto Zedillo tuvo muchos más recursos para su campaña que la oposición.
Es por ello que en la administración del presidente Zedillo se hicieron reformas importantes para generar mayor equidad en la contienda, dotando a la oposición de recursos suficientes. Ahora que están en el poder quieren limitar la competencia a toda costa.
Woldenberg también advierte de la intención de quitarle al INE el control sobre el padrón electoral, un elemento clave de las elecciones que se quedaría el gobierno como en la época del partido hegemónico.
Otro argumento interesante de Woldenberg es que, desde 1977, todas las reformas electorales fueron empujadas por las exigencias de los partidos de oposición y no por los deseos del partido en el poder como en esta ocasión.
También pretenden que los ciudadanos elijan a los consejeros del árbitro electoral, seguramente querrán que sea una mayoría simple.
Actualmente para ser consejero electoral se necesita la aprobación de dos terceras partes de los diputados, es decir, se necesita del visto bueno de una mayoría muy grande de las fuerzas políticas que representan a la ciudadanía, lo que hace que no cualquiera llegue a ser consejero electoral porque desde hace muchísimos años ningún partido o coalición controla dos terceras partes de los Diputados.
Al permitir que alguien sea consejero electoral con una mayoría simple, esto facilitaría que Morena y sus aliados escogieran a consejeros electorales a modo.
Los mexicanos de hoy estamos muy acostumbrados a poder decir lo que pensamos, a cuestionar y criticar al gobierno, a manifestarnos contra los políticos, a exigirle cuentas al gobierno. Los mexicanos estamos muy acostumbrados a vivir con ciertas libertades, al grado que muchos las dan por sentadas.
Sin embargo, podemos perder esas libertades si caemos en un sistema de partido hegemónico que controle al árbitro electoral, al tribunal electoral, a la cúpula del ejército y a todos los organismos autónomos que se crearon para limitar el poder del gobierno.
No solamente perderíamos nuestras libertades políticas, también se desplomaría nuestra economía, nuestros salarios y nuestras empresas.
Como dijo recientemente Carlos Elizondo, a los inversionistas les asusta el poder sin límites. Invierten en las democracias porque aunque tengan malos gobiernos estos se pueden cambiar en la siguiente elección, pero en sistemas de partido hegemónico no hay alternancia y las inversiones huyen.
Sin inversiones, casi no se crearán nuevos empleos y los salarios se estancarán o hasta se contraerán.
La democracia es tener certidumbre en cuáles son las reglas y que esas reglas se van a respetar, pero tener incertidumbre en cuál va a ser el resultado electoral. Si un gobierno controla las elecciones, ya no habrá incertidumbre, sabremos quien va a ganar, se acaba la democracia y se acaban las libertades y las inversiones.
Por ello, la democracia no es un sistema perfecto, pero todos los demás son peores, como decía Winston Churchill, perderla es lo peor que le puede pasar a nuestro país.
A los mexicanos de hoy no nos gusta que nos impongan una verdad, todos tenemos un cachito de la verdad y para entender al mundo hay que dialogar, eso sólo se fomenta en la democracia.
Hago un llamado a los jóvenes mexicanos a manifestarse en favor del INE y defender su democracia; no les vaya a pasar lo que a los jóvenes británicos que estaban contra el Brexit, que es la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pero por no ir a votar dejaron que la población de mayor edad, que menos futuro tienen por delante, decidieron el futuro de los jóvenes que son los que más futuro tienen por delante.
Los jóvenes deben tener presente que cuando vives en un entorno de condiciones favorables para la inversión y las libertades, tu esfuerzo personal va a rendir frutos, pero si vives en un entorno negativo, sin democracia y sin crecimiento económico, no hay esfuerzo personal que rinda frutos y por eso debemos defender nuestra democracia para que tú y tu familia puedan vivir como quieran.
No queremos ni volver a un México de un partido hegemónico y mucho menos al México de un caudillo.
El presupuesto del INE no es un gasto, es una inversión y no hay nada más caro en la vida que perder las libertades y la posibilidad de tener un futuro próspero, incluyente y en paz.
Cómo dice Ana María Olabuenaga, actuemos como si esta fuera una alarma sísmica, donde salimos de las casas y los edificios a las calles para salvar nuestras vidas, ahora tenemos que salir a las calles para salvar nuestra democracia y el derecho a escoger a nuestros gobernantes, pero sobre todo el derecho a vivir como seres libres y dignos.

Fuente:https://www.eluniversal.com.mx/opinion/enrique-de-la-madrid/jovenes-alerta-defender-al-ine-es-defender-su-futuro