Hay quien piensa que el objetivo de un país no debe ser reducir la desigualdad, sino la pobreza. Que la desigualdad es el resultado natural del crecimiento económico y limitarla lo impediría. Que las desigualdades solo les importan a los envidiosos y resentidos.

Todos estos argumentos son falsos, pero hasta ahora, no había posibilidad de encontrar el conocimiento y los datos científicos necesarios para entender por qué en un solo libro. El texto Desigualdades de Raymundo M. Campos Vázquez, profesor de El Colegio de México, lo hizo posible.

Desigualdades puede entenderse como un compendio de tres ejercicios. Uno histórico, donde se da cuenta de los principales cambios en niveles de desigualdad desde los Aztecas hasta nuestros días. Otro conceptual, donde se define a la desigualdad en plural, como un conglomerado de desigualdades que se observan en la discriminación por tono de piel y género, la esperanza de vida, el embarazo adolescente, la migración y hasta la obesidad. Y finalmente, un ejercicio de desarticulación de mitos ordinarios sobre la desigualdad que nos ayuda a comprender por qué tener un México más igualitario nos beneficiaría a todos.

Este último ejercicio es un deleite. Raymundo traduce y pone a disposición del público el contenido de cientos de estudios académicos, datos y evidencia científica para desmitificar creencias nocivas que comúnmente se expresan en los medios mexicanos sobre la desigualdad. Por ejemplo, se muestra que la reducción del tamaño y presencia del Estado no funciona para crear crecimiento económico, que las fuerzas del mercado no se encargan de distribuir los beneficios del crecimiento económico cuando éste sucede y que las políticas que favorecen a los más ricos no son buenas para la economía en su conjunto.

Además, se presenta evidencia de que la desigualdad es un obstáculo para el desarrollo económico, de que no es necesario escoger entre reducirla o hacer crecer a la economía (se deben hacer ambos), y de que, ni los pobres dejan de trabajar cuando el gobierno les da transferencias, ni los ricos dejan de hacerlo cuando los impuestos son altos.

El autor prosigue dinamitando mitos uno a uno. Se demuestra que la dicotomía entre crear igualdad de oportunidades y de resultados es falsa, pues no se puede hacer una sin la otra, que el crecimiento económico en México no ha favorecido a la gente más pobre y que la preocupación por la desigualdad no es un invento moderno o una moda extranjera.

Quizá más importante aún es que Desigualdades es un libro que deja atrás el anticuado debate entre intervención estatal o mercado. En vez de ello, propone mejorar ambos. Crear un Estado con recursos más cuantiosos, mejor utilizados y con una burocracia apartidista, y regular el mercado de trabajo, bienes y servicios para asegurar que éstos operen en favor de la redistribución de oportunidades.

Todo mexicano interesado en comprender los problemas del país debe leer a Raymundo M. Campos. Pero, sobre todo, deben leerlo aquellos que creen que la desigualdad no es un problema. Este libro, probablemente, les hará cambiar de parecer, o al menos, conocer a detalle la evidencia académica que existe sobre por qué un México más igualitario nos ayudaría a todos.

Viri Ríos

viridiana.rios@milenio.com

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Fuente:https://www.milenio.com/opinion/viri-rios/no-es-normal/desigualdades